Una vez el poeta Kahil Gibran escribió: «Madre es la palabra más bella pronunciada por el ser humano». En una palabra tan sagrada cada letra tiene que tener un significado que la haga aún más grande. Por eso queremos usar a cada una de ellas para expresar algo de esa magia.
Una madre primero es una gran Maestra, es aquella  persona que nos recibe en el mundo y la primera que nos tiende la mano para salir a recorrerlo. A su lado aprendemos a dar nuestros primeros pasos, a decir nuestras primeras palabras, a sonreír, a dar abrazos, a jugar, a sentirnos contenidos.
Una madre es AMOR, un amor incondicional que no se apaga con la distancia ni con las peleas, un amor que va a estar siempre sosteniendonos. Un amor que es capaz de dar todo sin recibir nada. De querer con todo su corazón sin esperar nada a cambio.
Una madre tiene Dedicación; es aquella presencia que nos acompaña en los momentos importantes de nuestra vida. Ella encuentra la felicidad cuando vivimos algo hermoso, y comparte nuestros momentos malos con una dulzura que alivia.
Una madre ofrece su Respeto. Ella hace lo posible para marcarnos el camino, nos guia con la experiencia que le dieron sus aciertos y errores y busca que las cosas sean fáciles para nosotros. Sin embargo, finalmente respeta nuestras elecciones aunque no sean las que ella hubiera elegido y deja que construyamos nuestro destino.
Una madre es Eternidad. Peter de Vries dijo que “La mano que mece la cuna es la que rige el mundo.†y esta frase representa la fuerza de un amor que va más allá de las circunstancias que podamos atravesar. Ella está, aunque no esté, porque siempre va a ser parte de eso que somos. Una madre siempre va a ser esa llama eterna que se conserva en el corazón para SIEMPRE como un alimento para el alma.
¡Feliz día a aquellas madres que hacen de esta palabra algo sagrado!
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