La repostería es un arte de la cocina, totalmente autónoma e independiente de la gastronomía, al punto de que en los grandes e importantes restaurantes u hoteles, el chef de la cocina y el maestro pastelero tienen la misma jerarquía.
Un buen chef no necesariamente debe ser especialista en postre, debe dominar lo básico, igual pasa con un maestro o chef pastelero, domina técnicas básicas de cocina pero no es su especialidad.
El postre es el cierre con broche de oro de un buen banquete, es lo que nos lleva a la memoria el éxito o el fracaso de una comida, tanto así que la expresión «a la postre» significa dentro de nuestra lengua, al final de todo.
Un postre puede ser muy elaborado, exótico y estratifico, o puede ser sencillo como un plato de frutas dulces bañadas con alguna salsa y acompañadas con un pedacito de queso crema, pero lo importante es que uno u otro sean agradables a la vista y que nos dejen en el paladar un sabor exquisito, recordemos que primero se come con los ojos y cuando nos encontramos delante de un postre que nos hace agua la boca, el éxito esta asegurado.
Un poco de la historia de la repostería
El la antigüedad «la repostería» era el lugar o la alacena en los palacios en donde se guardaban las provisiones que surtían la cocina y generalmente era en este lugar donde la persona que lo cuidaba, «el repostero» preparaba los postres y dulces.
Tal vez debido a este origen se dio pie a que a pesar de ser considerado una parte del arte culinario se le separara, poniéndolo paralelamente al oficio de cocinar, un buen cocinero como ya lo dijimos no necesariamente sabe hacer un buen postre, o un repostero no obligatoriamente sabe hervir un huevo.
La repostería moderna y algunas recetas básicas
En la cocina moderna, los cocineros se convierten en profesionales integrales, que saben preparar tanto platos dulces como salados.
Existen algunas recetas básicas para preparar postres y muchas veces en la unión de estas recetas lograremos un postre. Por ejemplo si hacemos un buen almíbar y lo mezclamos al fuego con crema de leche, tenemos una salsa de caramelo para bañar frutas o helados.
Si sabemos hacer un almíbar, si sabemos hacer una macedonia de frutas, si sabemos hacer un helado sencillo y unimos todas estas preparaciones, tenemos un postre delicioso que podemos ofrecer a nuestros amigos o familia.
Para aclarar un poco les diremos que la macedonia es una mezcla de frutas, cortadas en rodajas, laminas o dados, que se sirve rociada con algún licor o vino, o con algún jugo natural de frutas, en donde se han dejado macerar 2 horas en el frío.
Y para seguir con este ejemplo podemos aromatizar el vino que utilizamos para bañar la fruta con una sencilla formula: en una taza de vino blanco, diluya 2 cucharadas de miel y 50 gramos de azúcar, mezcle y vierta sobre la macedonia de frutas y deje enfriar 2 horas. Ven que sencillo puede ser preparar un postre, que siendo tan simple era el preferido del gran Alejandro Magno, extraordinario conquistador que fue rey de Macedonia, de allí el nombre de este postre.
El postre debe ser siempre una agradable sorpresa, tanto así que cuando asistimos aun banquete o a una comida formal, sabemos todo acerca del menú, con detalles, anfitrión nos habla de los platos que degustaremos y de los ingredientes que los conforman pero siempre guarda «el secreto del postre».
Esa rica tentación
La variedad de postres o dulces, tortas, jaleas, mermeladas, flanes, budines, gelatinas, helados y golosinas es infinita, pero todos llevan un ingrediente común, el azúcar, que aunque nos suministra la energía necesaria para el trabajo de nuestros músculos y de los órganos internos, consumida inmoderadamente engorda, pero que usada medida se convierte en un aliado en la cocina.
Aunque parezca inverosímil, el azúcar solo remplazo a la miel en la repostería europea como producto endulzante en la época medieval, no obstante ya en los países exóticos del lejano oriente como China o India se le usaba como condimento, conservante y edulcorante desde hace mas de 2.000 años.
Los postres, paradójicamente es el primer terreno que pisamos cuando empíricos cocineros, nos dejamos llevar por el extraordinario arte de la cocina, es el primer campo que exploramos cuando queremos conocer y adivinar los secretos culinarios de nuestras abuelas.
Elevado a la categoría de arte estético, la elaboración de postres deleita la vista, satisface el paladar exigente y prolonga el disfrute de una buena mesa.
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